¡Buda tuvo una
mente abierta! Broma fuera de lugar si con el paso del tiempo gran parte de la comunidad budista no hubiese devenido misógina al igual que otras religiones.
Tenzin Palmo es monja budista, nacida en Londres. Sumó, tras varios retiros, doce años de aislamiento en una cueva a
cuatro mil metros en el Himalaya.
Pero no se sintió sola y frustrada allí sino mientras vivió
en la comunidad, entre otras razones, porque no había forma de luchar contra
los prejuicios que encontró –por ser occidental y mujer-- en el monasterio
donde estuvo por varios años.
Tenzin Palmo ha luchado por la igualdad de género entre
monjes y monjas.
Después de mucho esfuerzo finalmente pudo abrir un convento
sólo para mujeres.
El encuentro que tuvo con su Santidad el XIV Dalái Lama data
de 2002 –después de treinta años ordenada como monja—y aparece en la tercera parte
del documental, sobre el minuto ocho, donde su Santidad dice que alguna cosas son difíciles de cambiar, y
Tenzin Palmo, con aguda inteligencia replica: Los budistas siempre hablan de transitoriedad y cambio, pero como todos los demás no quieren cambiar en nada.
De más está decir que su ejemplo ha inspirado a muchos
hombres y mujeres.
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