Que se cumplan las oraciones de súplicas y que las enseñanzas de amor, compasión, alegría y ecuanimidad lleguen a los cubanos estén donde estén y sin distinción de credos.

29 mayo 2012

El Dharma de las Enseñanzas, el Dharma de la Mente, por el maestro Sheng Yen

 "A dondequiera que fui, me sentí como si hubiera regresado a casa" - Sheng Yen

En el siguiente texto, el maestro Sheng Yen explica en su estilo directo y claro cómo alcanzar la liberación y el significado del no-yo y de la iluminación.

Sheng Yen nació en 1931 en el seno de una familia humilde. En 1943 a la edad de 13 años, ingresó en el monasterio de Guan Jiao, situado en las colinas de los lobos, en Nantung. A los 16 fue trasladado desde el campo al monasterio de Ta-Sheng, en Shanghai. En Shanghai inició estudios en la Academia Budista del monasterio de Ching-an, en donde se vio influenciado por las visitas de los famosos maestros Xu Yun y Tai Xu.

 Responsable del renacimiento, diseminación y expansión de la práctica Chan en China y Occidente, el maestro Sheng Yen ha sido también muy activo en la defensa del medio ambiente. En agosto del 2000 fue uno de los interlocutores principales en la Cumbre del Milenio para la Paz Mundial y Espiritual en la Asamblea de las Naciones Unidas, así como en el taller para la protección ambiental celebrado en el hotel Waldorf-Astoria. Ha recibido muchos otros galardones internacionales de gobiernos por sus actividades humanitarias, culturales y académicas. 

                                 El Dharma de las Enseñanzas

Todos los problemas humanos se originan en la mente. Las actividades de nuestra mente conducen a las acciones que tienen consecuencias, y todo esto da como resultado sufrimiento así como también felicidad. Cuando experimentamos sufrimiento y felicidad, respondemos con acciones que crean más sufrimiento y más felicidad. Cuando estamos infelices buscamos felicidad y cuando encontramos felicidad tememos perderla. Por ejemplo, cuando estamos enfermos o las cosas no están yéndonos bien, a no ser que lleguemos a dominar nuestras propias mentes, éstas serán influenciadas negativamente. Según las condiciones internas y externas, nuestras mentes fluctuarán entre felicidad e infelicidad. Esto es la aflicción.

Reconociendo esto, el Buda nos enseñaba que las actividades de la mente conducen a más sufrimiento que felicidad. No hay poder externo que pueda causar esto excepto nuestras propias mentes. Lo que el Buda enseñó no es idealismo superficial sino verdades que enfatizan cómo las causas y condiciones afectan nuestra experiencia. Estas causas y condiciones son el resultado de nuestras acciones del cuerpo, habla y mente en ésta vida así como también en muchas vidas previas. Todas estas actividades crean consecuencias, generando el cuerpo que ahora tenemos y el ambiente que ahora experimentamos. Por lo tanto, nuestras circunstancias actuales se originan y están arraigadas en la mente. Esta es, a grandes rasgos, una descripción del karma.

Cuando comprendemos claramente cómo nuestras mentes crean las condiciones que se manifiestan en nuestras vidas, también podemos comprender cómo esta mente creó lo que llamamos el “yo”. Mientras teniendo este ‘yo’ se puede decir que es bueno, no es absolutamente bueno porque nuestras vidas tienen muchas imperfecciones, y a menudo nos sentimos insatisfechos e inseguros. Por lo tanto, practicamos el Chan para resolver este problema fundamental: que la mente es la causa de nuestro propio sufrimiento. El Chan nos ayuda a emplear nuestro propio poder de la mente para evitar estar influenciados negativamente por el cuerpo y el ambiente, y de esta manera crear menos karma. El alcanzarlo completamente se le llama estar iluminado, o ver nuestra propia naturaleza.

El Chan, o sea todo el Budismo, está basado en esta teoría de cómo la mente crea su propio sufrimiento, y cómo uno puede practicar el Dharma (lo que enseñó el Buda) para aliviar el sufrimiento. Podemos llamar a esta teoría el Dharma de las Enseñanzas y básicamente está compuesta de métodos para entrenar la mente a que cese de crear las causas y condiciones del sufrimiento. Sin esta teoría como base, la práctica del Chan carecería de sentido. El Chan es entrenar la mente para comprender definitivamente el Dharma de la Mente. Para comprender el Dharma de la Mente, primero escuchamos el Dharma de las Enseñanzas, y luego practicamos acorde con éstas.


                                      El Dharma de la Mente

Si puedes alcanzar el Dharma de la Mente sin practicar los métodos del Chan, entonces no necesitas el Dharma de las Enseñanzas. De lo contrario, necesitas el Dharma de las Enseñanzas para practicar hacia la comprensión del Dharma de la Mente.

He aquí un relato que ilustra el significado del Dharma de la Mente. En el siglo sexto (de la era contemporánea), el vigésimo octavo discípulo de la generación del Buda, el monje hindú Bodhidharma, fue a China para divulgar el Dharma. Viajó de sur a norte sin atraer muchos discípulos. Cuando llegó a la Montaña del Pino en la Provincia de Hunan, meditó por nueve años en una cueva enfrentado a una pared. Finalmente arribó un joven monje llamado Huike y se ofreció como discípulo, pero Bodhidharma rechazó su oferta. Hacía frío y estaba nevando, y Huike sólo permaneció de pie fuera de la cueva esperando a que Bodhidharma lo aceptara. Cuando la nieve había llegado a las rodillas de Huike, Bodhidharma miró hacia fuera y vio que Huike todavía estaba allí de pie. De acuerdo a la leyenda, Bodhidharma también vio que Huike se había cortado uno de sus brazos para demostrar su sinceridad. Convencido de que Huike era sincero, Bodhidharma le preguntó qué es lo que quería saber. 

Huike contestó: “Maestro, ¿puedes poner mi mente en paz?”
Bodhidharma contestó: “Muéstrame tu mente y la pondré en paz.”
Huike había estado de pie en la nieve por mucho tiempo, y para entonces ya no tenía pensamientos vagabundos. Su apego hacia cualquier sentido de su propio “yo” también había desaparecido. De esta manera cuando examinaba su mente para encontrarla, no podía. Él le dijo a Bodhidharma: “No puedo encontrar mi mente”. Bodhidharma replicó: “Ves, ya he puesto tu mente en paz”. Al oír estas palabras, Huike inmediatamente alcanzó el Dharma de la Mente, es decir, estaba iluminado.

Cuando Bodhidharma pidió a Huike que buscara su mente, Huike no podía porque ya no tenía un “yo como centro”. Originalmente, su mente dependiente y resistente estaba buscando escaparse de las aflicciones. Ahora, ya no tenía una mente que dependiera de Bodhidharma para darle una solución. Al no encontrar su mente resistente, dependiente y buscadora (todo lo que es la mente del “yo”), se manifestó su mente iluminada. No es que Bodhidharma le haya dado algo concreto y tangible; sino que más bien ayudó a Huike a mirar dentro de su propia mente para descubrir la no-mente. A esta “no-mente” también se le llama la mente de la sabiduría; y fue este Dharma de la Mente el que Bodhidharma transmitió a Huike y a las generaciones de los seguidores del Chan.


           “Generar una mente que no resida en ninguna cosa”

Cuando lo usamos, el término no-mente describe una mente en la que no hay apego ni egocentrismo, una mente en la que no hay dependencia, resistencia ni expectación. Ésta es una mente sin codicia, enfado, duda ni celos, sin las emociones que surgen cuando estamos inseguros y buscamos seguridad, o cuando somos infelices y buscamos felicidad. Si pudiéramos dejar estos estados mentales negativos, entonces es posible que surja la sabiduría. A este surgimiento de la mente de sabiduría también se le llama iluminación, o “visión de la naturaleza”. La visión de la naturaleza significa el ver nuestra propia naturaleza de Buda, que es aquella de la vacuidad. Esto significa que el “yo” que consideramos como algo inherente a nuestro ser es de hecho vacío, sin características duraderas. Una frase china para describir la iluminación es “iluminar la mente y ver la naturaleza”.

He aquí otro relato sobre el Dharma de la Mente. El maestro Huineng, quien más tarde fue reconocido como el Sexto Patriarca del Chan, aún era un cortador de madera cuando pasó caminando por una casa y por casualidad escuchó a alguien dentro recitando unas líneas del Sutra del Diamante. Escuchó estas palabras que le afectaron grandemente: “Generar una mente que no resida en ninguna cosa”.

Estas palabras dejaron una profunda impresión en Huineng. “no residir en ninguna cosa” significa que mientras la mente tiene una función, no debería fijarse en ningún fenómeno. Más bien, debería reflejar los fenómenos como un espejo, sin ser afectada por ellos. Un espejo reflejará los objetos delante de él, pero cuando los objetos se mueven el espejo ya no los refleja. En otras palabras, para el espejo, las reflexiones son “no-residentes”

Además, en un espejo de muy alta calidad, las reflexiones aparecerán sin distorsión. De esta manera, “no residir en ninguna cosa” significa que uno debería estar consciente de las aflicciones mentales, pero sin apegarse a ellas. “Generar la mente” se refiere a una mente sin apego pero que aún funciona, y esta función es la sabiduría.

Huineng estaba tan conmovido por estas palabras que preguntó al hombre que estaba recitando dónde podía encontrar a alguien que pudiera enseñarle sobre el Sutra. El hombre le dijo que visitara al maestro Hongren, quien tenía un profundo conocimiento del Sutra del Diamante. Sin embargo, cuando Huineng llegó al monasterio de Hongren, el maestro no le enseñó ningún Dharma. Solamente envió a Huineng a la cocina a moler arroz. Y cuando Hongren enseñaba el Dharma a otros monjes, a Huineng le estaba prohibido escuchar.

Esta situación, en la que Huineng estaba dependiente de Hongren para que le enseñara, era similar a Huike cuando al principio tenia dependencia de Bodhidharma. Sin embargo, Hongren comprendió que Huineng tenía la capacidad de descubrir el Dharma de la Mente por si mismo. Puesto que el Dharma de la Mente no puede transmitirse, el método de Hongren fue dejar que Huineng descubriera el Dharma de la Mente por si mismo. Y en efecto, Huineng triunfó en encontrarlo por si mismo. Pero originalmente, Huineng pensaba que no-resisdente significaba no-aflicción, y que la sabiduría era algo como un espejo, como si fueran tangibles. Después de ocho meses en la cocina descubrió la no-mente, y comprendió que la aflicción y la sabiduría por sí mismas eran vacías. El maestro Hongren dio transmisión a Huineng, y de este modo asignándolo como su heredero del Dharma.

Mantenerse en la no-residencia, el método que deberían usar (en este retiro) es el mantener siempre el cuerpo y la mente en el momento presente. Por favor, dejen todos los pensamientos del pasado, dejen los pensamientos del futuro, y practiquen sólo el estar en el momento presente. Estén conscientes de sus cuerpos y del medio ambiente que los rodea, pero no sean influenciados por ellos. No permitan que ellos les generen pensamientos extras en sus mentes. Vuestros únicos pensamientos son el focalizarse en vuestro método. Si están caminando, simplemente caminen. Si están contando vuestra respiración, simplemente cuenten la respiración. Si están empleando el Huatou, ese es vuestro foco exclusivo. Si están contemplando la respiración, simplemente contemplen la respiración. Cualquiera cosa que vuestros cuerpos estén haciendo en el momento presente, estén presente con eso, de lo contrario, no serán capaces de dejar el presente.


                     Los versos de Huineng sobre la No-forma

Esta noche voy a comenzar a hablar de los versos sobre el wuxiang (en chino) o “no-forma”, por Huineng:

El dominio de las enseñanzas y el dominio de la mente,
Son como el sol en el cielo vacío. 

Sólo a través de transmitir el Dharma de ver la naturaleza,
Uno puede emerger del mundo y hacer añicos las doctrinas erróneas.
Aunque en el Dharma en sí mismo no existiera lo repentino o lo gradual,
En la confusión y en la iluminación hay lentitud y velocidad.
Sin embargo esta puerta de entrada para ver la naturaleza,
No puede ser comprendida completamente por el ignorante.
Aunque hubiera miríadas de enseñanzas,
Combinadas con principio al final las enseñanzas son una sola.
Dentro de la morada oscura de las aflicciones,
Uno debería generar continuamente el sol de la sabiduría.
Cuando surgen los estados mentales erróneos, llegan las aflicciones;
Cuando surge lo correcto, las aflicciones son quitadas.
(Traducción del chino al inglés por el maestro Sheng Yen y Douglas Gildow)

Esta es solo una parte de los versos de Huineng sobre la no-forma, y lo trataremos de abordar tanto como podamos. Lo principal que quiero hacer es explicar la enseñanza de Huineng sobre la no-forma. De acuerdo a las creencias en los tiempos del Buda Shakyamuni, el liberarse completamente significaba convertirse en un Arhat, y para convertirse en un Arhat uno debe ser un monje o monja. Pero para Huineng, cualquiera que practique de acuerdo con el principio de la no-forma puede ser liberado. De esta manera, originalmente, la liberación significaba que uno ya había transcendido el ciclo de nacimiento y muerte del samsara al entrar en el nirvana. Esta es el método de un Arhat. Sin embargo, desde el punto de vista del maestro Huineng, liberación significaba que uno ya no tenía aflicciones y ya no estaba influenciado por el medio ambiente, pero también se quedaba en el mundo para practicar y para ayudar a los demás. Desde el punto de vista Mahayana, liberación no requiere ordenación, y uno no necesita salir de este mundo. Este es el método del Bodhisattva.

¿Cómo las palabras del Sutra del Diamante se relacionan con la “no-forma”? El Sutra aborda la no-forma en relación tanto con el tiempo como con el espacio. En relación con el tiempo, aquí la palabra “forma” no es la forma de los cinco Skandhas: los cinco agregados del “yo” (forma, sensación, percepción, acción voluntaria y consciencia). Aquí, esto significa algo así como “fenómeno” o “percepción objetiva”. Estas formas son realmente pensamientos relacionados con el pasado, presente y futuro. Aquí en el retiro ya estamos practicándolo dejando los pensamientos del pasado y futuro, y sólo manteniendo nuestra mente en el presente. El objetivo final es el desapegarse incluso de la mente presente y sus formas.

El segundo aspecto de la no-forma se relaciona con el espacio, y esto incluye a uno mismo, a los demás y a los seres sensibles. El ego es aquel al que le llamamos el “yo”, mientras los demás son aquellos que están en contraste con este “yo”. Los seres sensibles son todas las formas de la vida sensible. Al hablar de la no-forma, deberíamos comprender que cualquier cosa que percibimos está constantemente cambiando, y por lo tanto es impermanente, sin propia naturaleza inherente. El ‘yo’, los demás y los seres sensibles son todos los objetos de percepción y asimismo impermanentes.

El aspecto temporal de la forma se relaciona con el pasado, el presente y la mente futura, y el aspecto espacial se relaciona con el yo, los demás y los seres sensibles. Sin embargo, las formas del tiempo y del espacio están completamente interrelacionados, y es imposible el trazar una línea firme entre las dos. Pero todas las formas temporales y espaciales son impermanentes, lo cual significa que están vacías de propia naturaleza y por lo tanto, en definitiva, carecen de forma. 


“Permaneciendo en ningún lugar, genera la mente” significa que uno debe comprender (no sólo saber intelectualmente) que las formas en el tiempo son transitorias y en definitiva carecen de naturaleza propia. De igual modo, las formas espaciales también cambian continuamente, son impermanentes y carecen de naturaleza propia. Por estas razones, uno no permanece en las formas de tiempo o espacio, ni se apega a ellas.
“Generar la mente” se refiere al surgimiento de la función de la sabiduría cuando no tenemos apego a las formas. Pero la sabiduría por sí misma es una forma, de manera que uno tampoco permanece en ella, ni tampoco se apega a ella. En cambio, uno va más allá de la sabiduría para comprender la no-mente. Por lo tanto, esta es la no-forma, la que Huineng aborda en el Sutra de la Plataforma.

El Dominio de las Enseñanzas,
El Dominio de la Mente.
Veamos la primera línea de los versos de Huineng:
“El dominio de las enseñanzas y el domino de la mente
Son como el sol en el cielo vacío”
En esta línea, el término chino “shoutong” ha sido traducido aquí como el “dominio de las enseñanzas,” y “xintong” como “dominio de la propia mente”. Por lo tanto, desde esta interpretación, shoutong significa el dominio del Dharma de las Enseñanzas, y xintong significa el dominio del Dharma de la Mente. Sin embargo, para tener dominio de ambos, en realidad deben experimentar el Dharma de la Mente.

Si puedes dominar directamente el Dharma de la Mente, no hay necesidad de estudiar el Dharma de las Enseñanzas. Por otra parte, puedes comenzar con el Dharma de las Enseñanzas para que te ayude al final a comprender el Dharma de la Mente. En ese momento verás que el Dharma de las Enseñanzas y el Dharma de la Mente son uno y son lo mismo. Aunque sean lo mismo, uno puede hablar del Dharma de las Enseñanzas, pero no puede hablar del Dharma de la Mente. Sin embargo, el objetivo del Dharma de las Enseñanzas es el comprender el Dharma de la Mente. En otras palabras, usamos el lenguaje y conceptos para alcanzar lo que en definitiva está más allá del lenguaje y de los conceptos.

He aquí una pregunta para vosotros: ¿Hasta ahora he estado hablando del Dharma de las Enseñanzas, o del Dharma de la Mente, o de ambos? Bueno, la respuesta es que mientras usemos el lenguaje y los conceptos, sólo podemos hablar del Dharma de las Enseñanzas. La Escuela Chan tiene un dicho: “No depender de las palabras ni escrituras”. En otras palabras, el Chan no recomienda depender sólo del Dharma de las Enseñanzas. Pero el hecho curioso es que los patriarcas y maestros Chan dejaron atrás más enseñanzas que cualquier otra escuela del Budismo. Durante treinta años, he estado por todo el mundo diciendo que el Dharma de la Mente no puede ser hablado. Y sin embargo, el propósito de todos estos escritos y enseñanzas es el enseñar a las personas a no depender de las palabras.

                                  Comprendiendo la No-Forma

En el Chan, la vida por sí misma es práctica y los antiguos maestros no alentaban mucho a los practicantes a hacer meditación sentada. Huineng mismo no hacía meditación sentada, ni la hicieron algunos de sus discípulos famosos, tales como Huairang y Xingyen. Hay un relato en el que un día Huairang observó a su discípulo Mazu sentando en meditación durante todo el día. Huairang tomó un ladrillo y se sentó al lado de Mazu y comenzó a pulirlo. Después de un rato, Mazu sintió curiosidad y preguntó a Huairang: “¿Por qué está puliendo ese ladrillo?”
Huairang dijo: “Estoy puliendo este ladrillo para transformarlo en espejo”.
Mazu pensaba que esto era absurdo y dijo: “¡No puede hacer un espejo a través de pulir un ladrillo!” Huairang contestó: “Bueno, ¿y Qué estás haciendo cuando te sientas?”
Mazu contestó: “Me estoy sentando de manera que pueda convertirme en Buda.” Huairang contestó: “Bueno, si no puedo hacer un espejo a través de pulir un ladrillo, tampoco tu puedes convertirte en Buda a través de sentarte.”
Mazu preguntó: “Entonces, ¿qué debería hacer?”
Huairang contestó: “Cuando el buey se rehúsa a tirar de la carreta, ¿azotas a la carreta o al buey?”
Mazu contestó: “Por supuesto, azoto al buey.”
Y entonces Huairang dijo: “Es la mente la que alcanza la budeidad. Si no puedes dejar ir la mente, entonces no podrás alcanzar la budeidad sólo a través de sentarte. Uno debe dejar de lado la mente.” 

Cuando Mazu oyó esto y fue capaz de dejar de lado su mente, se iluminó. Hasta entonces, había estado trabajando sobre su cuerpo en lugar de su mente. En otras palabras, finalmente aprendió a azotar al buey en lugar de la carreta. Simplemente a través de dejar la mente, Mazu alcanzó naturalmente la iluminación. De este relato podemos deducir que en la antigua Escuela Chan, no se enfatizaba la meditación sentada. Esto no quiere decir que no usemos nuestros cuerpos en absoluto. Usamos el cuerpo como una herramienta para practicar, pero la meditación sentada no lo es todo en la práctica. Si la meditación sentada simplemente se transformara en un ejercicio para entrenar nuestras piernas, entonces seria inútil. Pero si usamos el cuerpo como una herramienta para entrenar la mente, entonces puede ser muy útil.

Aquellos que no se sientan en absoluto y aquellos que están demasiado apegados a la meditación sentada, ambos son incorrectos. Cuando tenemos la actitud adecuada, la meditación sentada es un método relativamente fácil para estabilizar nuestras mentes confusas. Por lo tanto, la meditación sentada es todavía importante. Sin embargo, si uno pudiera mantener una mente calmada y estable durante la vida diaria, entonces, cuando maduren suficientes causas y condiciones, uno podría alcanzar la iluminación. No obstante, una precondición para este camino hacia la iluminación es el tener una comprensión clara sobre la vacuidad, el no-yo y la no-mente. Sin esta comprensión, incluso con una mente calmada y estable uno no podría iluminarse.

Para comprender la no-mente y la no-forma, uno debería tener una conciencia clara y continua sobre la mente y las formas. Antes de poder lograrlo, debemos comenzar con una mente estable. Con una mente ocupada y confusa, no sabremos lo que la mente misma es, y no sabremos cuales son las llamadas formas del tiempo y del espacio. El conocimiento conceptual de la vacuidad, del no-yo y de la no-mente es de uso meramente limitado. Es sólo conocimiento y no verdadera experiencia. 

La vida cotidiana es práctica. Sin embargo, puesto que las mentes de la mayoría de las personas están confusas, existe la necesidad de lugares como las salas Chan para meditar. La mayoría de las personas en su vida cotidiana son incapaces de estabilizar y calmar sus mentes, o de percibir la verdadera vacuidad de las formas. Mientras no hay duda de que la iluminación inmediata es alcanzable, la mayoría de las personas necesitan usar el método gradual. Sin embargo, incluso en la práctica gradual, hay una precondición de entrenar la mente de manera que pueda ser conocida y dejada de lado. 

El Dharma de las Enseñanzas, el Dharma de la Mente
Por el Maestro Chan Sheng Yen

En mayo de 2003, el maestro Sheng Yen celebró un Retiro Chan en Moscú organizado por Wujimen, un club ruso de artes marciales. Durante el retiro, el maestro Sheng Yen dio una conferencia sobre las enseñanzas del Sutra de la Plataforma del Sexto Patriarca Huineng. Este es el primero de los seis artículos basados en aquellas conferencias. Douglas Gildow hizo la traducción oral del chino al inglés. Las transcripciones fueron preparadas por Chang Wen Shi, Bruce Rickenbacher y Victor Ku, y editadas por Ernest Heau con la asistencia de Chang Wen Shi.


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